sábado, 20 de junio de 2009
martes, 16 de junio de 2009
Momentum
By DAVID CRARY – 23 hours ago
NEW YORK (AP) — The savage drug war in Mexico. Crumbling state budgets. Weariness with current drug policy. The election of a president who said, "Yes — I inhaled."
These developments and others are kindling unprecedented optimism among the many Americans who want to see marijuana legalized.
lunes, 15 de junio de 2009
¿Resurge?
La extrema derecha resurge en EE UU
Ultras y racistas cobran fuerza tras la elección del primer presidente negro
¿Cómo, resurge? ¿Alguna vez decayó?
sábado, 13 de junio de 2009
lunes, 8 de junio de 2009
Dos pájaros y un tiro neoliberal
Combata el hambre y la pobreza; cómase a un pobre.
viernes, 5 de junio de 2009
martes, 2 de junio de 2009
Los estereotipos de la droga
Sin embargo, en Costa Rica permanecen las voces que llaman a una cruzada contra la droga. Precisamente por estas voces represivas (tan de moda en tiempos electorales), que proponen enfrascarnos en una guerra imposible de ganar, resulta tan necesaria una discusión amplia.
Revisar los estereotipos
A pesar de todo lo dicho sobre las drogas, existe una enorme desinformación. Por eso, el primer momento del debate requiere revisar los estereotipos construidos a lo largo del tiempo sobre la droga. Para no cometer los errores del pasado, debemos reconstruir el origen de la GcD.
Probablemente sorprenderá a las voces de la mano dura saber que el antecedente inicial de la actual GcD tuvo el carácter de una cruzada. Fue a principios del siglo XX, luego de décadas de presión por parte de grupos prohibicionistas, que se aprobó la Ley Seca en EE.UU. El día de su aprobación el senador Volstead, cuyo nombre lleva la ley, dijo en cadena nacional: “Esta noche nacerá una nueva nación. El demonio de la bebida hace testamento. Los barrios bajos serán pronto cosa del pasado. Las cárceles y correccionales quedarán vacíos. Se cerraron para siempre las puertas del infierno.” Para los empresarios morales que la impulsaban, el alcohol era responsable del crimen, la pobreza y el deterioro familiar. Este fue el inicio de un duradero estereotipo que vincula droga=crimen.
La ley seca fue un fracaso rotundo, únicamente logró el surgimiento de la mafia. De allí que tan solo 13 años después fue derogada. Claro, la mafia ya había probado la rentabilidad del negocio ilegal, por lo que inició su incursión en el mercado negro de la heroína.
Eliminada la prohibición, el director de la recién creada Oficina de Narcóticos, se vio obligado a justificar su continuidad. Su solución fue crear un nuevo enemigo. Como el opio, la cocaína y la heroína ya estaban penalizadas, dirigió sus ataques contra la marihuana. Sus esfuerzos se materializaron en 1937 con el Marihuana Tax Act.
Para asegurar su aprobación, el FBN dirigió una campaña nacional en los medios de comunicación. Con películas como Assassin of Youth, se advertía a los padres de familia que la marihuana producía: adicción inmediata, violaciones, homicidios, suicidios e insania. Esta fue la segunda movida decisiva en la invención del vínculo droga=crimen.
El estereotipo hoy
Hoy se sabe que la marihuana no produce ninguno de estos efectos. Sin embargo, el estereotipo droga=crimen está más vivo que nunca. Es la excusa favorita de los ministros de seguridad. Frente a cualquier pregunta por la criminalidad responden maquinalmente: es culpa de la droga.
Pero no sólo lo hacen los ministros, veamos un ejemplo cotidiano. Actualmente se considera que el principal flagelo de la droga en Costa Rica es el crack. Aparece entonces la imagen del piedrero. Nadie duda que el piedrero roba porque es adicto al crack.
Pero si preguntamos ¿por qué es adicto al crack el piedrero? ¿Por qué cientos de niños viven en las calles, drogándose sin que nos importe? ¿Qué vida han tenido que esa es la mejor opción? Probablemente veremos que la droga no es la causa del crimen, sino que el crimen y la droga comparten muchas causas.
Detrás de estas preguntas se asoman los fantasmas de la pobreza, la desigualdad y el fracaso de las políticas públicas. Por eso preferimos no hacerlas. Es más fácil responsabilizar al crack. Así, mediante un movimiento retórico, borramos la conflictividad social y recuperamos la comodidad.