Pero hay algunos detalles que sí merecen mención: el condenado eligió el método de fusilamiento, permitido en ese estado, Utah. Vaya gustos.
Cinco agentes serán los encargados de disparar, la única bala de su respectivo fusil. Cuatro de esas balas serán reales, la otra de salva. Ellos no sabrán cuál es cuál. El objetivo, sembrar la duda en los verdugos para aminorar su posible culpa. Vaya refinamientos del poder de muerte.