miércoles, 18 de agosto de 2010

Lo que se dice y no se dice: o del costo de oportunidad informativo en esta aldea



El grosor de las llantas, la marca, el año de fabricación y de importación, la fecha de inscripción, la fecha del último RTV, las faltas, la fecha del próximo RTV, las infracciones de los últimos 10 años del conductor, la vigencia de su licencia.
El barrio donde vive, que iba para la pulpería, lo que iba a comprar, el número de hijos, que llevaba dos vecinitos, que era fiel y buena esposa.
El número de muertos (cifra esencial de cualquier noticia de sucesos que valga la pena), el número de heridos, la cantidad de horas que duró el rescate, lo que mide la pendiente.
Lo que piensa el vecino, el tío, el amigo, el que la vio una vez doblar en la esquina, la periodista asustada toda la transmisión, el de la cruz roja, el testigo 1, el testigo 2, el testigo 3.
En pocos minutos fui bombardeado de esta información absolutamente irrelevante para el país (por más dolorosa que sea la experiencia para los involucrados). Bombardeo que duró todo el día de ayer.

De la marcha por el presupuesto de las universidades públicas, fui informado que asistieron 6000 personas (luego notaron lo irrisorio de la cifra y la aumentaron a 10.000).

¿Qué puede pensar una persona que sólo tiene acceso a esta información?

3 comentarios:

Luis Chaves dijo...

y lo importante de la noticia los unicersitarios marcharon pacíficamente y que hubo colpaso del tránsito por unas horas.

Silvia Piranesi dijo...

cómo intentan hacernos creer que vivimos en otro país, ubicado dónde.

Agustín Gutiérrez Carro dijo...

ónde vive?