viernes, 30 de abril de 2010

Después de la calma viene la tormenta

Cada tanto emerge, de la erosión de los días, la ilusión de que todo está resuelto. De que ya no hay picos ni asperezas. Entonces me deprimo.

Tres días me toma darme cuenta que todo sigue mal. Busco a mis amigos, nos emborrachamos y compartimos la mierda. Entonces soy feliz.

martes, 27 de abril de 2010

Nadie ha visto llover hasta que ve llover en el trópico

27 grados marca el reloj que nunca logra despertarme. Temperatura hasta hace poco inusual en el lugar en que vivo. Dentro de la casa la situación es insoportable. La mezcla de sudor y humedad convierte mi piel en un producto autoadhesivo. No puedo pensar, intento dormir, no puedo dormir. Es un calor ineludible.

En una reacción involuntaria, salgo de al patio y me coloco bajo un árbol. La situación sigue siendo insoportable. Pero el cielo encapotado es una buena noticia: va a llover y será un aguacero.

Regreso, preparo café y me acuesto con un libro que ya leí. Releo un par de frases que me habían gustado (una no sé por qué, seguro hacía calor ese día). Empieza a correr una brisa suave de lluvia en otra parte. El canto de los pájaros se vuelve frenético, al tiempo que gris y azul se baten en el cielo. Falta poco.

Irrumpen los primero truenos, caen las primeras gotas. Se cuela el olor a tierra seca mojada. En unos minutos todo está empapado. Cientos de truenos de diferentes tonos e intensidades acompañan una lluvia lechosa, densa y constante. El perro tiembla bajo la cama.

Un rato después, cuando parece que va a cesar, cae un trueno más violento que todos los anteriores. Lloverá por horas. Como todos los años, declives y canoas serán insuficientes.

Hoy empezó la época lluviosa.

sábado, 24 de abril de 2010

El camino sutil hacia el autoritarismo

"Toque de queda en Miami. Ni es una broma, ni tampoco es Bangkok. Parcial y juvenil, pero toque de queda en la capital del sol de Florida, donde ya todo parece posible. A partir del 1 de mayo, los menores de 17 años no podrán circular solos por las calles a partir de las 23.00 de domingo a jueves, y a partir de las 24.00, viernes y sábados. Sí podrán hacerlo acompañados por mayores de edad (21 años) o si justifican su salida de casa, por razones de trabajo o deporte, por ejemplo."

miércoles, 21 de abril de 2010

Dos gorilas hablando de primates


Este lunes 19 de abril, hubo un espacio en el programa 7 días dedicado a la autonomía universitaria y el conflicto ocurrido hace una semana en la UCR. Entre los temas que resultaba importante discutir se encuentra sin duda el abuso de autoridad.
Los invitados fueron Álvaro Rodríguez y Willy Ruiz. El primero es agente del OIJ, miembro del sindicato de agentes judiciales (del cual es vocero ) y fue condenado por el delito de abuso de autoridad en el 2008. El segundo es un estudiante de derecho (presidente de la AED), ex agente del OIJ y condenado por tres delitos de extorsión, uno de hurto agravado, y dos delitos de falsificación de documento (todos mientras era agente del OIJ).
No puedo imaginarme dos invitados más apropiados para hablar de la autonomía universitaria y el abuso de autoridad. 100 puntos para canal 7.

viernes, 2 de abril de 2010

Savater, sobre Obama y las drogas

Otro reto para Obama

Fernando Savater

“Para quienes teníamos 20 años cuando mataron a Martin Luther King y recordamos al gobernador Wallace en la puerta de la Universidad de Alabama cerrando el paso al estudiante negro que había reivindicado su derecho constitucional a entrar en ella, la llegada de Obama a la presidencia de Estados Unidos supuso ante todo el cumplimiento de un sueño romántico juvenil: algo insólito, porque pocos llegan a realizarse. Entonces admiré al candidato vencedor, desde luego, pero sobre todo la transformación regeneradora del electorado que le votó.

Y me acordé de nuevo de Lindon B. Johnson, el presidente de la posguerra que más hizo por los derechos civiles y acabó con la segregación racial en las escuelas: los niños así educados con menos prejuicios fueron los que votaron 40 años después a Obama...

Pudiera uno haberse dado ya por satisfecho con ese triunfo, lo mismo que algunos aficionados en la Maestranza -si me disculpan ustedes el hoy peligroso símil taurino- se marchaban a casa después de ver hacer el paseíllo a Curro Romero, sin pedir más milagros al ruedo ni a la vida. Sin embargo, lo mejor estaba por llegar y es ahora, controvertido y limitado a la honrada estatura humana, cuando Barack Obama me merece auténtica admiración. Por haber intentado muchas cosas y haber logrado unas cuantas; por hablar con insólita claridad, a su país y al oportunismo "pacifista" de quienes le concedieron el Nobel; por haber irritado a los banqueros, haber decepcionado inicialmente a Michael Moore y conseguir que Fidel Castro le tache de "fanático imperialista"; por haberse puesto serio con Netanyahu y parece que marcar el inicio de un respaldo menos acrítico y más exigente a Israel; por haber luchado tenazmente por salvar lo más posible de su reforma sanitaria, pese a que quizá hubiese podido quedar bien aplazándolo todo para no "crispar" ni dividir al país; y -last but not least- por sacar de quicio a losfrikis de nuestra izquierda y derecha mediáticas, que le acusan de ser demasiado americano o de querer "europeizar" Estados Unidos.

Ahora sí se gana un puesto en la cima política, no desde la beatitud inane del coro celestial sino a trompicones, renuncias parciales, fracasos y mandobles.

De modo que, aunque ya tiene lo suyo, es inevitable hacerle rogativas y pedirle todavía más... incluso quienes no somos ciudadanos de su país. ¿Por qué no enviarle también otra instancia? Mi solicitud es que reconsidere la actual situación de las llamadas drogas ilegales. Hace más de 20 años hice la única de mis profecías políticas que se ha cumplido... desgraciadamente, porque hubiera preferido equivocarme como siempre. Anuncié que la cruzada contra la droga no acabaría ni mucho menos con ella, todo lo contrario, pero en cambio pondría en grave riesgo la estabilidad de las democracias en Hispanoamérica. A la vista está lo que ocurre hoy en

México, como ayer en Colombia y otros países. Incluso en el nuestro, donde el 80% de los reclusos menores de 30 años están encarcelados por delitos referidos a esas sustancias arbitrariamente prohibidas.

A estas alturas ya nadie supone que las drogas, que han existido siempre en todas las sociedades humanas (¡y hasta en algunas animales!) van a ser erradicadas precisamente ahora, cuando la química ha alcanzado su máximo desarrollo y cualquiera puede montar un laboratorio en la cocina de su casa. Y cuando los cultivos de opiáceos se han convertido en la única esperanza de supervivencia en algunas zonas del planeta con su agricultura desmantelada y sin otro modo de aprovechar rentablemente el mercado internacional.

Sabemos desde que lo explicó nítidamente Milton Friedman que las drogas ilegales son la mercancía perfecta, cuyos beneficios aumentan según crece la persecución a que se las somete. Claro que de tal persecución no sólo se aprovechan los gánsteres que trafican con ellas, sino las redes de funcionarios que las persiguen, los políticos que las convierten en el Enemigo con mayúscula para distraer a la población de otros males más reales, etcétera. Quienes pagan la factura son los usuarios que perecen por adulteración o sobredosis de productos incontrolados, las víctimas de los enfrentamientos entre bandas mafiosas, los policías corruptos por el incesante flujo de dinero que mueve ese comercio y los policías asesinados por no haberse corrompido, etcétera. Inútil es hablar de la libertad personal pisoteada, porque en nuestras sociedades en las que los gastos sanitarios han convertido la salud en una obligación penal esa reclamación ni siquiera es ya comprendida.

Las tímidas voces que siempre se han alzado contra esta cruzada irracional vuelven a oírse ahora, en un tono más alto y -en Hispanoamérica- más angustiado. Incluso la crisis de la economía mundial favorece el despertar de algunos y en California el gobernador Schwarzenegger propone legalizar la marihuana para aumentar con el impuesto que la gravará los ingresos del Estado. Desde luego, es obvio que la despenalización de las drogas ahora prohibidas no erradicará por completo el crimen organizado, que sabe reciclarse con los cambios de mercado, pero puede ayudar decisivamente a disminuir sus beneficios y por tanto hacer a los mafiosos más vulnerables y más fáciles de controlar. La abolición de la Ley Seca no erradicó del todo el gansterismo pero dificultó la vida a los herederos de Al Capone y mejoró la seguridad cotidiana en numerosas comunidades antes sometidas a la violencia permanente.

¿Cuál es el papel de Estados Unidos en este problema? No sólo es que aporta millones de consumidores que sostienen el negocio y perpetúan una demanda criminógena para otras poblaciones americanas.

Lo peor es que sus autoridades, su DEA y demás bloquean a nivel internacional la posibilidad de un planteamiento diferente de este asunto, basado no en la prohibición sino en la homologación de los productos, la información verídica sobre su uso y su abuso, así como una educación eficaz para la templanza.

Nadie se atreve -aunque muchos quisieran- a discutir abiertamente sobre las alternativas a la cruzada vigente por miedo a las represalias del país más poderoso del mundo, que la apadrinó desde su comienzo. Sólo un presidente de Estados Unidos con audacia y visión de futuro podría desbloquear el atolladero actual. Y algunos pensamos que Barack Obama puede ser ese político providencial, al menos para iniciar un camino que será seguramente largo.

Encontrará sin duda una feroz oposición. Como los republicanos ultraderechistas son los últimos creyentes que quedan en la revolución comunista (por eso llaman "comunista" a quien intenta cualquier reforma seria que ponga en cuestión la pena de muerte, la venta libre de armas o propicie la asistencia sanitaria para todos), si Obama intenta un movimiento hacia la cordura en materia de drogas ya sabe el epíteto que le van a dedicar. Pero supongo que a estas alturas estará muy acostumbrado y el reto merece la pena.”