lunes, 16 de marzo de 2009

Cuando el boomerang aterriza en la jeta

Hace un tiempo hablé de las contradicciones nauseabundas, de como se trasvisten los intereses de poder como argumentos lógicos y coherentes (de progreso). Pues me he encontrado con una verdadera joyita de estas en Twitter, gracias a Jaguar de Platanar
Dedicado especialmente a todos aquellos que casí se nos revienta el hígado escuchando las imbecilidades de Canara. Y es que como ahora las implicaciones del TLC llegaró a las radios entonces... pero bueno, mejor los dejo con el artículo:

Nuevos Filibusteros [OJO EL TÍTULO, JAJAJA]

Rigoberto Urbina Pinto

A ustedes, amigos de la radio que acostumbran nuestra compañía todos los días; a la hora del desayuno; cuando se dirige hacia su trabajo; durante esos momentos del día en los que, sin interrumpir sus labores, encuentra en nosotros al amigo que siempre está a su lado para alegrarles el rato; informarles; despertar su imaginación; hacerles cantar o simplemente, estar a su lado para que no estén solos; tenemos que quitarles unos minutos de su tiempo para hablarles sobre un problema nuestro, un problema de la radio…y de ustedes.

Hace tan solo unos días, aprovechándose de unas nuevas, y bastante confusas leyes aprobadas con ocasión de la entrada en vigencia del TLC, apareció una empresa que haciéndose llamar “asociación”, quiere prohibirnos transmitirles cualquier tipo de música o interpretación artística si previamente no les pagamos la totalidad de las pretensiones económicas que a ellos se les antoje, por muy disparatadas e inequitativas que resulten.

No nos interprete usted mal amigo oyente. La radio entiende que la propiedad intelectual, y los derechos de autor de los creadores de las obras musicales, deben reconocerse y pagarse, y así lo hemos hecho desde mucho tiempo atrás, en beneficio de todos y cada uno de los autores, compositores e intérpretes de esas obras que diariamente ponemos a su disposición en forma gratuita. No se trata de eso. De lo que estamos hablando es de cinco multimillonarias empresas transnacionales [pues por supuesto que se trata de transnacionales], que unidas, haciendo mancuerna común a sus intereses, han venido al país a decirnos: o pagan lo que nos dé la gana…o se callan!

De quienes les estamos hablando es de los “Walker” del momento; de cinco de las compañías más grandes del mundo que se dedican a fijar y reproducir en discos de plástico, y otros soportes tecnológicos; las obras musicales creadas e interpretadas por otros…valiente y original creación intelectual aquella! Dicho en voz de cafetal, ahora resulta que el derecho no ampara a la señora que sabe hacer la masa, sino a la máquina de hacer tortillas!

Nos disgusta molestarles con este tema, sin embargo consideramos importante hacerlo porque para sorpresa y preocupación nuestra, la semana pasada un Juez dispuso atender…de manera “cautelar”…las disparatadas pretensiones de aquellas transnacionales; y ordenó prohibirle a una estación de radio que difundiera la música que tiene a disposición de su público en su programación regular

No atendió el señor Juez al hecho de que los autores, compositores y artistas musicales con derecho sobre aquellas piezas, habían previamente autorizado a esa estación de radio la difusión de sus obras; que esa estación de radio paga el derecho a radiodifundir esas obras; ni que las mismas casas disqueras le habían suministrado ese material discográfico a la estación de radio para que promocionara esos discos, a sus autores y a los intérpretes que las ejecutan.

Nada de eso sirvió. Para el Juez lo importante es que esas 5 transnacionales tienen inscrito el repertorio de las piezas musicales que producen - aunque también lo tengan inscrito a sus nombres, en nuestro país, los autores que previamente autorizaron la radiodifusión -.

Lo dispuesto, no significa otra cosa más que llevar a la quiebra forzada a esa estación. El mismo Juez dispuso de manera totalmente desproporcionada, que para compensar cualquier eventual daño y perjuicio que se le ocasione a la radio con la medida – en caso de que se establezca una demanda, y que al final de ese eventual proceso resulte que no tiene derecho a cobrar lo que pretenden -, que las transnacionales tendrían que depositar a la orden de su Despacho la cantidad de 25 millones de colones – 5 millones por transnacional  - ; dineros que probablemente abonarán buscando un poco entre el menudo de sus cajas chicas. En guerra avisada – dice el viejo refrán – que no muere soldado. Lamentablemente el señor Juez está matando al soldado, para pasar a esperar a ver si se declara la guerra.

La radio no cede ante el filibusterismo. Esperamos que otro juez, ley en mano, arregle el entuerto; pero en todo caso sepan quienes así están actuando, que la radio costarricense es solidaria e indivisible, y que a partir del día de hoy enfrentará este asunto como una sola unidad en su defensa, y en la de usted que nos escucha a diario y de su derecho a recibir de nosotros lo mejor de nuestro tiempo, por lo cual gustosos ya hemos pagado…una vez…pero no pagaremos gratuitamente dos,…mucho menos, bajo presión extorsiva o amedrentamiento económico!

Tomado de Canara.

4 comentarios:

roberto echeverría dijo...

el tlc traía cosas buenas, después de todo.

habría preferido ver que me sacaran un riñón con anestesia local a escuchar esas cadenas infernales.

Agustín Gutiérrez Carro dijo...

Estás en lo cierto, son cadenas infernales. Satanás!!!

Phiblógsopho dijo...

En guerra avisada no muere soldado...

Chio dijo...

en guerra avisada igual nos morimos!